La Asociación de Paranyers de Castelló (Apaval) manifestó ayer su satisfacción por el nuevo auto de la Audiencia Provincial que archiva la denuncia contra un “paranyer” y que considera que esta caza prohibida por los tribunales “no es delito”.

No obstante, el colectivo de “paranyers” subrayó que su asociación no cazará este año de forma oficial porque esta modalidad cinegética “no tiene autorización legal en estos momentos debido a las denuncias de los antiparany, que han paralizado la nueva ley y la han llevado al Tribunal Constitucional. El que cace lo hará bajo su responsabilidad personal”.
El presidente de Apaval, Pascual Batalla, explicó que la causa abierta en el Tribunal Constitucional “ha detenido el desarrollo del decreto de la Ley de Caza de la Comunitat y esto hace que no haya una regulación y entonces no podamos cazar; cuando se desarrolle este decreto podremos cazar con una regulación que es lo que queremos”. Los paranyers “valoramos muy positivamente esta resolución porque nos da la razón y no comprendemos como los anti-parany y Gecen nos tiran en cara que hacemos caso omiso a la Justicia. Nosotros ahora le pedimos a Gecen y a la Fiscalía que hagan caso a los jueces de la Audiencia y a un centenar de sentencias de la Audiencia de Tarragona, aunque vemos que los anti-parany siguen con su radicalismo”. Batalla insistió en que existen “estudios científicos que demuestran que el parany es un método de caza selectivo, contrariamente a lo que se dice de nosotros por parte de quienes nos quieren demonizar para acabar con el colectivo de paranyers. Lo que queremos es una regulación para que se diga cómo podemos cazar en condiciones. Y el que se pase de la ralla y no cumpla, que pague por ello”.
Por otra parte, el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil de Castelló (Seprona) confirmó ayer que denunció a una vecina de Benicàssim por la venta de tordos en su frutería. Los agentes se incautaron de 2,4 kilogramos de tordos pelados y limpios que se guardaban en un congelador y denunciaron “una infracción de la ley de caza por comerciar ilegalmente con piezas de caza, vivas o muertas, de especies no comercializables y vender las aves sin pasar los controles sanitarios correspondientes”. Los ecologistas habían denunciado dos días atrás la venta de tordos cazados con “parany”.

28/10/2010 | Levante | NACHO MARTÍN